"Tengo una biblioteca de más de cinco mil volúmenes. ¿Cuánto me costó? Ni un peso. Son libros que las instituciones, los escritores y los diplomáticos regalan a los alcaldes, y los alcaldes me los pasan para que yo los lea y después les cuente lo que dicen. Después se olvidan y me quedo con ellos. Mi sueño es leer alguno de estos libros algún día".-¿Se parece a ese asesor sólo en el estilo de vestirse?
-Todos los asesores de una administración nos parecemos, pues todos asumimos la ideas de nuestro jefe, como un pensamiento colectivo y unánime; algo así como la clonación del pensamiento del alcalde. El que no piensa igual, se va a asesorar a las plantas, de jardinero en ornato público.
- ¿Usted es el único o hay muchos similares a usted?
- ¡Somos muchos! Hay asesores de presidentes y ex presidentes, de ministros y ex ministros, de prefectos y ex prefectos, de alcaldes y ex alcaldes, de concejales y ex concejales. Somos tantos que queríamos hacer una agrupación ciudadana sólo de asesores, pero no pudimos cumplir con los trámites de inscripción, porque nos asesoraron mal.
- Hay personas que quieren postularlo como personaje del año ¿aceptaría el reconocimiento?
- El articulista Burton Dorado es uno de los promotores de este reconocimiento. Yo no quiero, porque soy una persona sencilla, de trabajo sacrificado y sin boato. Pero en nombre de todos los sacrificados asesores a los que represento, no puedo dejar de aceptarlo como un símbolo de justicia a nuestra abnegada labor.
- ¿El Duende no siente celos de su creciente popularidad?
- No creo que sienta celos. Él es el espíritu de la historieta, articula historias, es el facilitador entre todos los personajes, gestiona los argumentos y escribe el editorial. Se divierte mirándonos actuar.
- ¿Es verdad que usted ha pedido a Gaspar más espacio en su tira y qué ha amenazado en aliarse con otro dibujante si es que no lo hace?
- No es cierto que haya pedido más espacio, porque más espacio en la tira significa más trabajo; y la ley que rige el trabajo de asesoría es la del mínimo esfuerzo. Cualquiera hace las cosas trabajando. Lo genial es hacerlas sin trabajar.
- Se comenta que usted en vez de loro es un ave fénix de la política, porque vuelve a renacer aliado a cada nueva gestión municipal. ¿Qué hay de cierto en eso?
- Alcaldes y asesores, y en general, todos los que hemos estado en la política pretendemos ser ave fénix y renacer del desastre que provoca nuestras gestiones, para intentarlo nuevamente. El que probó el poder, no lo olvida jamás. Uno no deja la política, la política lo deja a uno. Quiero ser un ave fénix renaciendo en esta nueva gestión.
- ¿El poder lo seduce?
- Mencionó usted el poder y se me hizo ‘chicó’ el cuerpo. Mire: se me pone la piel de gallina. Me estremece, me entusiasma. Aún viviendo en el ‘no poder’ generalizado, el poder es hermoso.
- ¿No intentó alguna vez dejar las sombras y asumir un rol más protagónico?
- Nunca haría eso por un asunto de supervivencia: los alcaldes pasan y los asesores quedan. Además, los alcaldes son blancos de ataques, insultos, agresiones, acusaciones. ¿Cuándo ha visto que ataquen o culpen de algo a un asesor?
- ¿Cómo es un día común en la vida de Asésoro?
- Me despierto a las siete de la mañana y repito, como una oración, mis dos principios de vida: “La culpa no es del chancho, sino de quien le da de comer” y “El mandao no es culpable”. Hago mis ejercicios cervicales moviendo la cabeza de arriba abajo para no perder flexibilidad en el acto de decir sí con la cabeza. Voy al despacho del alcalde, le cuento lo bien que habla la gente de él; hago algunos chistes contra sus enemigos. Por la tarde llamo a mis asesores (un buen asesor tiene otros asesores) para ver si terminaron el trabajo de la semana. Por la noche hago un recuento de quienes me quieren mover el piso en la Alcaldía, y establezco una estrategia de contraataque para aplicarla al día siguiente. Me acuesto a las 24:00 horas, después de sacar de la Internet el chiste que le contaré al alcalde al día siguiente.
- ¿Alguna vez se desprende de su celular?
- Mi celular es el vínculo, la conexión, mi sintonía con el poder y no me imagino desvinculado de él. Que pierda o que me roben el celular, es una de mis peores pesadillas.
- ¿En qué gasta su dinero ¿el celular le sale caro? ¿qué movilidad maneja?
- Gano poco. Todo lo hago por vocación de servicio y por amor a Santa Cruz. El celular me lo paga mi alcalde. Mi platita la gasto en baterías para mi Palm, mi Noteboock, mi Walkman y en conexiones con la Internet. Yo manejo el auto del alcalde, indirectamente...
-¿Por qué indirectamente?
- Porque lo maneja él, guiado por mis instrucciones.
- ¿Su música preferida?
- ¿Cómo se llama la música que usó en su campaña el que ahora es el nuevo alcalde? Pues ésa, justamente, es mi música preferida.
- ¿Qué odia y qué ama?
- Odio la ‘himnorancia’ de algunos. ¿Dije ‘himnorancia’? Perdón, ignorancia, quise decir. Amé a mi ex alcalde. Estoy empezando a amar a mi nuevo alcalde hasta la muerte de un sucha.
- ¿Quién es su estilista?
- Yo mismo soy. Claro que copio el estilo de algún otro asesor de la Alcaldía.
- ¿Cree que hay gente que lo odia o que lo envidia?
- Ojala me odie alguien. Prefiero que me odien a que me olviden, porque el odio duele menos que el olvido. Anote esta frase y le doy permiso para usarla. Es de mi propiedad intelectual. ¿Ya la escuchó usted antes? ¡Qué raro!
- ¿Es cierto que tuvo un ‘affaire’ con la viudita?
- Nunca. Yo la respeto mucho. La viudita es mi asesora en materia de género, ya que en la Alcaldía vivimos en un mundo femenino: ‘La Alcaldía’, ‘La gestión’, ‘La pavimentación’, ‘La infraestructura’, ‘La red de drenaje’. Jejeje...iba a agregar ‘La corrupción’, pero no hubo, que yo sepa.
- ¿Qué requisitos debe cumplir un buen alcalde?
Un buen alcalde debe cumplir con un requisito fundamental: tener un asesor como yo.
El pensamiento profundo de Asésoro1 Todos los bolivianos llevamos un asesor dentro, esperando que alguien importante nos llame y nos diga: “Tengo una pega de asesor para darte”.
2 El sueño de todo asesor es trabajar para una autoridad que no sepa escribir ni su nombre, porque hasta que uno le enseñe el abecedario, se terminó la gestión sin grandes exigencias.
3 Algunos dicen que no hay alcalde malo, que lo que hay son asesores malos. Yo digo que no hay asesores malos, lo que hay son alcaldes sordos.
4 Los asesores tenemos en nuestro corazoncito, muy guardado allá en el fondo, la memoria de este muchacho Nicolás, de Florencia, tan inteligente él, de apellido Maquiavelo.
5 En la cadena de merecimientos, cada pueblo merece el alcalde que tiene, y cada alcalde se merece el asesor que tiene.
6 Las buenas cosas las hicimos mi alcalde y yo. Las malas cosas, las hizo él solito.
7 Tan fundamentales como los buenos asesores son los malos asesores. Todo alcalde debería contar con uno o dos asesores pésimos, para hacer todo lo contrario de lo que estos asesores le recomienden.
8 El drama de todo asesor es que empieza a asesorar sin saber nada de nada, y cuando ya aprendió, su alcalde ya se está yendo porque se terminó la gestión
9 Otro de nuestros dramas es que ningún alcalde contrata al asesor del alcalde anterior. Y es así como se forma la cadena secreta de asesores: el nuevo asesor del nuevo alcalde, por una décima del sueldo que gana, contrata -sin que nadie sepa- al ex asesor del ex alcalde, que a su vez tenía contratado, por una décima de su sueldo, al ex asesor del ex asesor del ex asesor, de los antiguos alcalde.
10 Nunca hay que decir “de este asesor no beberé”, porque nunca se sabe.
11 Hay asesores chantajistas y hay de los otros. Aunque a decir verdad, de los otros aún no he conocido.
12 El talento principal de un asesor es el adulo. Puede uno no saber quién descubrió América, pero si dice que, con gran sabiduría, América fue descubierta por su alcalde, tendrá el beneficio de la duda.
13 Lo lindo de ser asesor es que uno puede equivocarse las veces que quiera, y al que ‘sacuden’ es al alcalde.
14 Lo feo de ser asesor es que cada vez que el alcalde es ‘sacudido’, él viene y te ‘sacude’. A veces viene y te ‘sacude’ sin motivo. Lo hace a cuenta de las sacudidas que le darán a él en el futuro. Es una manera de adelantar trabajo.
15 En la Alcaldía, todos los asesores tenemos un segundo nombre, que sólo es pronunciado por el alcalde. Ese segundo nombre es: ‘Noseáspuesburro’.
16 El único asesor que asesora a los asesores del presidente de la República, a los asesores de los ministros, a los asesores de los viceministros, a los asesores de los prefectos, a los asesores de los alcaldes, a todos, pero a todos, absolutamente, es el asesor de las transnacionales. Asesora tan bien que sus asesoramientos parecen una orden.
17 Los asesores no van al cielo ni van al infierno. Los asesores están condenados al limbo, a la indefinición de las cosas, a la irresolución de los asuntos que no resolvieron en vida, con un asesor que los asesora eternamente.
18 Lo primero que un asesor aprende es que su jefe es un genio.
19 El mundo, sin asesores, no sería lo que es. Es decir, el mundo, sin asesores, sería un mundo sin asesores. Esperá, que me anoto esta frase para que la diga mi alcalde.
20Los chupamedias inescrupulosos y a destajo nos están dejando sin trabajo a los asesores. Y todo porque los asesores chupamos las medias con sabiduría en un contexto de alcaldes muy poco interesados en ella.
21 Es lindo pasear por la ciudad y ver materializada en ella todos los asesoramientos incumplidos, todas las recomendaciones que no se llevaron a cabo. Como que uno justifica así su existencia.
22 El peor alcalde es el que te dice que no necesita asesor porque a él lo asesora su conciencia, como si la conciencia no necesitara asesores, si no, pregúntenle a los psiquiatras.
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